Las inscripciones funerarias suponen la mayor parte de la epigrafía que nos ha quedado de la época romana. Esa costumbre de establecer comunicación entre los vivos y los muertos a través de las inscripciones en piedra es bien conocida y de ella hay una nutrida muestra en el Museo Arqueológico ‘Enrique Escudero’, que se asienta sobre una necrópolis de aquella época.
Le vi venir del Puerto, como si acabara de desembarcar, y aunque hay una distancia considerable entre la escultura del Marinero de Reemplazo -donde él se hallaba- y la entrada al establecimiento “Efectos Navales” donde yo pensaba entrar o de hecho estaba a punto de hacerlo, pude darme cuenta de que era un tipo alto (metro ochenta aproximadamente) y fornido que vestía el uniforme de alguno de los Cuerpos de la Armada; en principio -por mi ignorancia- no supe distinguir cuál, sino hasta que estuvimos los dos en la tienda. Era del Cuerpo de Veterinarios.
Para Mabel
Todos los años el mundo se acaba dos veces. Una vez es la natural, digamos, que acaece en diciembre con la ingesta de la última de las doce uvas. La otra sucede en estas fechas con los albores del verano (o veraneo, propiamente dicho del éxodo a la segunda residencia donde ha lugar o de viaje quien pudiere). En cualquier caso, la consecuencia es la de que el mundo se acaba y ello implica que tenemos que tener finalizadas todas nuestras tareas, las nuestras y las que han de realizarse por nuestro encargo y presumible beneficio. Antes del parón vacacional hemos de presentarnos ante el Altísimo con los deberes hechos y, a ser posible, la muda limpia. La adrenalina corre a chorro por nuestras venas…
Siempre te han gustado los lugares de tráfago, de intercambio de mercancias. También aquéllos a los que la gente va y viene como las estaciones de tren o autobús. Es una pena que ese interambio humano que se produce en el comercio de mercadería parezca irse perdiendo con el paso del tiempo, siendo sustituido por las llamadas «grandes superficies» contra la que no tengo nada y respeto mucho a su personal. Pero para mí lo que gozaba con la conversación con mi pescadero o frutero sobre la procedencia y calidad de sus respectivos productos.
Y, de paso, filosofábamos sobre la vida, que es un continúo fluir. Porque, como decía Azorín podrán cambiar los tiempos «Progresará maravillosamente la especie humana; se realizarán las más fecundas transformaciones. Junto a un balcón, en una ciudad, en una casa, siempre habrá un hombre con la cabeza, meditadora y triste, reclinada en la mano. No le podrán quitar el dolorido sentir.»
Hoy, que tengo un familiar recién sometido a una operación quirúrjica, aprovecho estos momenticos para ofreceros unas imágenes (más que palabras), tomadas en el día de ayer, del Mercado de Santa Florentina en Cartagena (España) no sin cierta nostalgia como el hombre de una ciudad, un balcón, de Azorín.
Espero que os gusten.
Estás solo enfrente de la pantalla del ordenador o quizás del móvil. Miles de artículos pasan delante de tus ojos; artículos digo de productos en el sentido gramatical de la palabra.
El hombre que huye
Esto era una vez un hombre que trabajaba en el circo, en el mejor circo de aquel país convulso como todos hoy día. Por su parte, el circo tenía el director más sabio del mundo y sabía asignar a cada artista en cada función el papel que mejor pudiera desempeñar sobre todo en función de su estado de ánimo y condiciones físicas. Era como el mejor seleccionador de fútbol.
Todos los años el último fin de semana de marzo, en la madrugada del sábado al domingo, el reloj pierde una hora. Hay sesenta minutos que desaparecen de la ecuación espacio-tiempo.
A ti, que vas buscando el lado mágico de la ciudad, la Semana Santa te parece un marco incomparable para desarrollar una historia. El recuerdo de cuando eras niño y veías las procesiones desde el mirador de la casa de tu abuela, situada en pleno casco antiguo…
No cabe la menor duda de que el amor es el tema por antonomasia de la Poesía. Hoy es su Día Internacional. La Música es en numerosas ocasiones el ‘contenedor’ de la Poesía y, por ende, del amor. O del desamor.
Se habían ido de Cartagena hacía muchos años. Fue tras el nuevo desarrollo industrial de la ciudad, después del montaje, la puesta en marcha de la Refinería de Escombreras y algún tiempo de trabajo en sus instalaciones en asuntos de ingeniería y procesos químicos. La empresa lo llamó para que fuera a la central en Madrid, a un puesto de gran responsabilidad, sin duda por los méritos que había hecho en su gestión en nuestra ciudad. No obstante, primero pasaron unos dos años en Tarragona en los que él participó, nuevamente, en la puesta en marcha de su planta industrial de refinado de petróleos. Aquí, en Cartagena, dejaron una gran parte de su familia y muchos amigos que, entre otros, habían sido compañeros de trabajo y optaron por quedarse en la planta de Escombreras.
Hace dos años -mañana día 24 de febrero- que comenzó la guerra de Ucrania con la invasión rusa de ese país en lo que ha sido y es el mayor ataque militar en suelo europeo desde la II Guerra Mundial, con las consecuencias que todos conocemos.
Por su parte, hoy se informa de que las víctimas gazatíes que lleva en su macabro haber la guerra de Israel asciende a las treinta mil. Y que se puede prever que el conflicto afectará, directamente o a través de las enfermedades conexas, a más de ochenta y cinco mil personas, seres humanos.
Estos son los fríos datos ante nuestra conciencias -al menos la mía- dormidas…
Estoy convencido con casi total seguridad de que fue cuando se impuso la moda del paddle desplazando al tenis tradicional. Hasta ese momento creíamos, aunque sólo en nuestro fuero interno (no vas a contar tus debilidades al contrario), que eran las raquetas las que ya no se hacían como antes y eran menos buenas, por ejemplo y aunque no pudiéramos dejar de pensar o ser conscientes de que la edad hace su mella y ya no tienes ni la capacidad ni la habilidad de que gozabas antes y que has ido perdiendo con el paso del tiempo.
UN ARTÍCULO DE PAZ QUE POSIBLEMENTE NO GUSTARÁ A NADIE
Escribo estas líneas desde el corazón aun a sabiendas de lo dicho: no dejarán satisfecho a nadie.
La Entrada consta de dos partes: un audio en inglés y su traducción al español y el texto que, con ayuda de la Divina Providencia, sea capaz de escribir.
El día 18 de julio de 1938 en Barcelona el Presidente de la II República española, Manuel Azaña, pronunció el discurso -y nunca mejor dicho- conocido como el de las «tres P» (Paz, Piedad y Perdón).
A propósito del Festival Internacional de Jazz de Cartagena
Te gustan los lugares a los que se llega o desde los que se parte. Los puertos, de mar o río, las estaciones, de trenes o autobuses, y los aeropuertos, en cuyos muelles, andenes y vestíbulos coinciden los que se van y los que vienen
Feria del libro 2023 Cartagena (España)
Las ideas, las historias son lo más reciclable que hay.
Te quería como a nada en el mundo. Con mis propias manos acariciaba tu cuerpo de un confín al otro derramando amor.
Un ejecutivo no tiene más remedio que usar el autobús para desplazarse a su segunda residencia veraniega ya que tiene el coche averiado en el taller. Tiene un modelo antiguo y es lo que pasa. Está tan obsoleto en la gestión de sus citas laborales o profesionales que sigue usando una agenda de papel que le sirve también para antes de acostarse escribir en ella sus impresiones y pensamientos: es una agenda-diario. Ésta no es una historia de infidelidades, sino de reencuentro con uno mismo.
Las inscripciones funerarias suponen la mayor parte de la epigrafía que nos ha quedado de la época romana en Carthago-Nova…
Más virtualidad en la Fotografía. Las Cabinas o FOTOCOP. Fotos para BBC.
Con todo agradecimiento, hermanos Valverde Conesa. Del mar vino la vida.
El legado ambiental que vamos a dejar a las siguientes generaciones. Mar Menor. La Virgen de los navegantes.
Se le ve (o algunos lo vemos) deambular por las calles de la ciudad desierta -sobre todo por las tardes- del tórrido y bochonorso estío.
Pedro Martínez Corada -autor de este texto- representa la ardua lucha de mantener vivo en los vertiginosos tiempos dominados por la Red, el sabor metafórico de la letra impresa dirigiendo y editando la revista digital Almiar Margen Cero esde hace más de 20 años, con la morosidad y tejido de un papiro. Y nos ha dado a algunos el ejemplo de que ello se podía hacer; o sea, trasmitir poesía a muchos megahercios. Por tanto, no sé a quién admiro más, si a Pedro o al fiel lector que se mantiene y sigue disfrutando de este placer independientemente de su soporte. Pero, Pedro es un mucho Pedro, ahí seguirá de vigía y yo seguiré admirándole como espero que os guste el ensayo que nos manda en esta ocasión que tiene, también a mi juicio, un aire de nostalalgia juvenil.
Una vez un viejo pescador encontró un libro entre las redes puestas a secar en la explanada del puerto de Santa Lucía (Cartagena, España). Lo abrió y sólo encontró un anzuelo del que pez alguno pudiera zafarse. Y la perla blanca que creía perdida desde la última vez que su padre y él tuvieron una buena captura y él escribió su primer cuento, puesto que esa perla —a diferencia de la negra de la de John Steinbeck — no tenía un valor económico, pero en ella el mar anidó el secreto de todas las historias.
Aniceto Valverde
Siendo joven, muchísimo más que ahora, te encontraste por la calle a esta muchacha que tocaba el violín de una forma cautivadora. Estaba aislada del mundo y sus complicaciones. Por eso los solitarios como ella y tú eráis los únicos capaces de escuchar la música que emanaba del violín.
Y, siendo tan jóvenes ella era una virtuosa del instrumento. Y él el mejor de los públicos.
En la foto no se ve. Pero él estaba esculpido en una estatua de bronce y, aunque no hubiera querido, no le hubiera quedado más remedio, tan fijo como ella, que reconocer y aprender la música de Mozart puesto que estábamos en Praga, aunque no enfrente del muro dedicado a The Beatles, que tiene su historia como la del tanque rosa.
Aniceto Valverde
Amo la vida, aunque me haya llevado muchos reveses y puñaladas traperas. Amo la vida de todos los hombres y la respeto, de las mujeres y los hombres, de las buenas e incluso de las malas personas. Todos los hombres y las mujeres son mis hermanas como decía Walt Whitman.
He fotografiado muchos amaneceres de sol fulgurante; presagio de días tórridos y siestas de bochorno con todas las persianas intentando crear una penumbra que la aliviase.
He de morir un día, cuando llegue el día. Pero he vivido. Y cuando llegue el día seré feliz si es un atardecer como el de la ilustración y me conste la felicidad de quienes más quiero y a los que inculqué el amor a la vida. Al fin y al cabo toda sombra es hija de la luz. Y quienes no han vivido en la luz, mueren en la oscuridad y esos no pueden decir que hayan vivido.
Aniceto Valverde
El primer café de la temporada.
Estábamos cansados de lo que había sido un periodo muy intenso; sobre todo por el papeleo que llevan muchas cosas. Dicen o decimos los juristas, sin ánimo de ofender, que existe una `fuente del Derecho’ no contemplada en el Código civil. Y es la interpretación y aplicación que, de la misma norma, haga cada operador jurídico. Dicho llanamente, e incluso popularmente, que existe una regla de derecho distinta según la ventanilla que te toque. En verdad, esto ya no es tanto así…
Pero en cualquier caso, estos asuntos generan mucho estrés. Algo parecido a cuando el ciudadano se enfrenta a la Administración sanitaria. Son máquinas muy complejas e incluso esotéricas.
En definitiva que hoy me he podido tomar un café tranquilo en una playa casi desierta donde ha amanecido brumoso. Igual mejora luego.
INCERTIDUMBRES
Soy un hombre incierto
y miro al mar
ululante, bello y también incierto
como la libertad que siento.
Estoy soñando, me despierta
el frío cierto de la mañana,
que habrá de llevarme una vez más
y aun lejanamente enamorado de la libertad,
a la fría desnudez existencial
de las torres de metal
y de los árboles de plástico.
Soy la persona que se esconde
entre las líneas y detrás de las palabras.
Decidme:
¿Estará hoy limpio
el decorado de mi vida
como para que me azote el viento
que mece sus cabellos?
Aniceto Valverde
Esto era una vez, y sin que sirva de precedente, en que un grupo de peces pequeños se comieron al grande.
Preciosa locución de Ginés Valverde Conesa
En la imagen, de hace casi treinta años, Ginés rodeado de sus sobrinos David y Ana Valverde Soria.
Os quiero, antes yahora. Besos.
Todo salimos en la foto, aunque éstas nos refleja más e movidos.
La pandemia hizo aún más difíciles, e incluso engañosas, la relaciones interpersonales trabadas mediante el uso de Internet.
Es un hecho que ocurre desde siempre, desde que el mundo es mundo y hay sobre él monos con un principio de racionalidad en el cerebro. Ya lo decía Aristóteles: hombres políticos (Zoon politikón ), aunque él se refiriera a la necesidad que tenemos de integrarnos en sociedades organizadas (y tal vez de hacer un poco de vida social de cuando en cuando, lo que en el caso de algunos se trasladaba necesariamente al papel couché y ahora a esos programas basura para alegría de los que se dedican a la crónica social). Pero es lo mismo. La tesis es tan antigua como la idea de la generación de los contrarios que formulara el también filósofo clásico, Platón: no hay blanco sin negro, ni dos sin tres que se dice popularmente.
Era una entrevista que le hicieron al que fuera decano de los abogados españoles, Antonio Pedrol Rius (seguramente uno de los más carismáticos o al menos curioso personaje que hemos tenido). Decía don Antonio que para ejercer la profesión había que ser necesariamente tolerante. El abogado, añadía, necesita a su contrario, bien sea éste otro compañero o el fiscal o a ambos a la vez. Y de ellos aprende tanto porque la postura que pueda defender hoy no se entiende si no hay quien se la discuta como por el hecho de que otro día puede que tenga que sostener esa otra que hoy le es contraria. Naturalmente que esto mismo es aplicable a todo el que representa intereses ajenos en cualquier foro (aliter Negotiorum gestio).
Lo que ya se lleva la palma es el amor que se tienen entre sí los políticos, pues que la derecha no se concibe sin la izquierda (si es que se puede distinguir), ni en el seno de los partidos de uno u otro signo -digamos- los denostados tránsfugas.
Todos buscan una hipotética posición de centro que no existe ya. Por el contrario, esto parece la ceremonia de la confusión y cada uno busca las alianzas que más le convienen electoralmente, incluso contra natura. Pero aun así se quieren y mucho. Las elecciones municipales y regionales son ya y las generales están a la vuelta de la esquina. ¿Quién se casará con quién y para cualquiera de los comicios? El amor que se tienen es necesario en la democracia, que -en definitiva- es o debiera ser un juego de pesos y contrapesos. Lo difícil es encontrar pareja y mantener la coherencia ideológica, si es que esto todavía existe. Veremos.
Una mujer y un hombre acabar de terminar de comer en el «Mares Bravas» de La Cortina (Cartagena)
Hoy es domingo de Resurrección. Hay que seguir el camino.
(El audio es directo. Disculpad si no es de la calidad suficiente, o la que a mí me hubiera gustado. Pero aquí no tengo más medios). Feliz y esperanzador día.
EL VAR
El árbitro pidió al VAR (Video Arbitraje) su dictamen sobre si la controvertida jugada merecía la ‘pena capital’, o sea, el penalti.
Es una pena que en mi Bar nunca nos pongamos de acuerdo en estos temas futbolísticos. Ni al respecto de otros muchos tampoco.
Es más fácil soñar si estás fuera de tu ciudad, aunque nunca llegues a conocer todos sus recovecos.
El sol se pone. Es tan bonito que la gente se pone de pie y aplaude s ese fantástico espectáculo de la Naturaleza
Para mi amigo José Blas Hernández y su obra «Traición a Peral»
Isaac Peral
Tengo un amigo que cuando estoy triste o algo deprimido me dice que ha ido a ver a Isaac Peral a su tumba del cementerio de Nuestra Señora de Los Remedios, en Santa Lucía (o «la Isla» como por estos lares se llama a esta parte de la ciudad). Según esta persona, que es algo filósofo, el insigne inventor le dice en estos casos que me cambiaría sin dudarlo un momento su vida; más concretamente, sus últimos años, cuando fue víctima no sólo de una gran incomprensión, sino que fue objeto de una expresa campaña de desprestigio e incluso vilipendio por parte de unas autoridades de las que mejor guardarnos la opinión. Y eso que las pruebas del submarino que lleva su nombre y que lucía en el Muelle de Alfonso XII y ahora lo hace en la Facultad de Ciencias de la Empresa (de la UPCT) de la ciudad de Cartagena (España), fueron todo un éxito y el invento había recibido anteriormente el apoyo expreso de la Regente Doña María Cristina. Isaac Peral –debido a esa campaña motivada por la envidia, el pecado nacional como es sabido, incluso tuvo que darse de baja en la Marina y murió de una meningitis el 22 de mayo de 1985 fuera de su tierra natal: nada más y nada menos que en la ciudad de Berlín.
Si mi amigo filósofo y culto me cuenta todo esto, él que sabe mucho, no es por otra cosa nada más que para animarme. Y, desde luego, que lo consigue. No porque uno se pueda equiparar ni remotamente al genial inventor en sus méritos. Pero sí (tal vez) en su tristeza; un sentimiento que se me pasa inmediatamente cuando (piensa uno) lo afortunado que es y que quizás incluso seamos todos los habitantes, cuando menos, de esta ciudad, aun a pesar de la crisis en ciernes. Y es que aunque a veces llueva, cosa que tampoco viene mal, casi todos los días no sólo amanece que no es poco, sino que el sol resplandece en el albor de la primavera cuando la Naturaleza vuelve a despertar del letargo del invierno.
Quizás haya pocos espectáculos tan hermosos como ese amanecer visto desde el puerto de esta ciudad, desde su parte Este, naturalmente. Ver cómo, conforme pasa el día, su reverberación sobre el mar es más intensa: desde unos tibios rayos hasta el apogeo del mediodía y su declinar con la puesta del sol (un toque militar ese que personalmente me gustaba mucho). Además es gratis: está al alcance de cualquiera.
Ya sé que la crisis es grave. Pero no hay bien que por mal no venga (uno cree que se debe decir así y no al uso que es que no hay mal que por bien no venga: lo que debe venir es el bien, el bien común, para todos). Y de ella creo que «resucitaremos». Desde luego hay que vivir de ilusión. Y lo que está más claro aún, si cabe, es que a los genios como Isaac Peral nunca tienen éxito (según éste se entiende al uso) en vida.
Aniceto Valverde Conesa
AMOR y LIBROS
Arturo Pagán hace el turno de noche en una fábrica. Vuelve a su casa a las seis y media de la mañana justo a tiempo para despertar a su mujer, Carmen, que apura en la cama unos instantes de sueño hasta que oye el café salir y se pone corriendo su bata y se ordena con las manos el pelo. Le da un poco de vergüenza que su marido la vea así: no es lo mismo que cuando duermen juntos y los dos se levantan al mismo tiempo. Él siente también apuro de su cuerpo sudoroso. Se rehúyen la mirada que ambos tienen fija en la taza de café que beben corriendo para ir al aseo. Todas las mañanas chocan en la puerta del cuartito de baño: “Pasa tú”. “No, no, entra tú primero”. No se aclaran y acaban compartiendo ese estrecho lugar de su modesta casa dándose empujones sobre el lavabo para alcanzar la pasta de dientes o acertar a verse en el espejo. A veces en ese roce y forcejeo surge el amor. Casi no tienen otro momento. Carmen siempre acaba exclamando: “Dios mío, qué tarde se me ha hecho.” Ella trabaja en las cocinas de un hospital (ya ves tú, en estos tiempos del COVID-19) y tiene que estar allí a las ocho de la mañana y para eso tiene que coger varios autobuses haciendo un recorrido tan largo como el que ha hecho su marido en el ciclomotor para volver a casa. Casi siempre tiene que doblar el turno porque las cosas no les van demasiado bien y a Arturo no paran de decirle en la fábrica que escasea el mineral o que su precio ha bajado en los mercados, según las épocas, o que los costes de producción han subido y que la empresa prescindirá de gran parte de su plantilla o, cuando menos, que harán un ERTE a parte de los trabajadores. Todos esos rumores circulan con gran facilidad en el turno de noche entre el aullido de las máquinas y el calor abrasante de los hornos de fundición que es una actividad esencial.
Cuando Carmen se marcha Arturo recoge las cosas del desayuno y se mete en la cama que su mujer casi acaba de abandonar precipitadamente. Se consuela con el calor que ella dejó. Duerme hasta media tarde en que suele ir a hacer la compra. A ambos les gusta comprar juntos libros, pero es raro que puedan hacerlo, y ahora menos aún. Arturo hubiera querido ir hoy a la feria del libro con la intención de comprar uno para Carmen; pero la actividad está suspendida. El día 23 de abril fue su aniversario y entre unas cosas y otras no ha tenido tiempo de hacerle ningún regalo. Prepara la cena y pone la mesa justo a tiempo para sentarse con ella. Pero él ya está pensando que se tiene que ir al trabajo…
Carmen recoge la mesa mientras oye el ruido de la escooter alejarse. Se queja cariñosamente de las cosas que su marido no terminó de hacer bien en la casa. Casi no tiene tiempo de nada más antes de irse a la cama con el libro, el de los amores difíciles, que Arturo le ha regalado, comprándolo por Internet una de esas mañanas en que añora a su mujer, Carmen. Una lágrima de amor, ternura y soledad le recorre la mejilla. Acaba de enterarse de que espera un hijo.
Aniceto Valverde Conesa
Texto enviado a El País y publicado por el rotativo nacional.
11-S_aniversario
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A veces la mascarilla que aún sigue siendo obligatoria en algunos establecimientos puede encerrar agradables sorpresas.
Desde primera hora de la mañana en las cafeterías de toda la ciudad, y puede que si no en todas las del mundo, al menos sí en todas las de este país, se puede observar un curioso fenómeno informativo.
Con todo respeto para las personas que tienen que ganarse la vida así