EL MISTERIO DE LOS PATINETES FANTASMAS

Otra muestra más de incivismo playero

En un principio existía el Paseo del Mar y éste era usado casi en exclusiva por los viandantes, los de a dos y los de a cuatro patas que los acompañaban dando por supuesto que los dueños eran y son lo suficientemente cívicos como para recoger las deposiciones de sus mascotas, así como llevarlas conforme a las debidas exigencias de seguridad, según la correspondiente raza de los canes. Lo mismo podría decirse de las aceras. Quizás salvo en lo que se refiere a cruzar de una a otra por el paso de cebra, puesto que aquí en la playa la norma se invierte y tiene preferencia el automóvil frente al peatón. Tampoco rige para aquéllos la limitación de velocidad…

A instancias de los andariegos y (nuevo elemento) ciclistas se ampliaron o alargaron los senderos, sobre todo para que los amantes del pedaleo pudieran circular con menor riesgo para su integridad que por la carretera o asfalto. Ya empezamos…

Ya los habías visto, pero nunca antes ordenados como si fueran una escuadrilla homogénea, o alguno o algunos del mismo tipo abandonados y tirados por los suelos de la playa. Tampoco viste a persona alguna cuidando de ellos o gestionándolos (qué antiguo eres) cuando hubiera parecido lo habitual al menos cuando estaban agrupados. Eran unos patinetes enteramente fantasmas…

Hace unos días fuiste a El Corte Inglés, Sección Reparaciones, da igual el motivo, puesto que a lo que quiero ir -sin animadversión alguna para con el establecimiento que vende lo que hay en el mercado- es al hecho de que oíste decir al empleado: “Si no llega al menos a 20 Km/h me lo trae de nuevo”. Y el propietario cogía con pasión y fe su patinete eléctrico. Ya vamos…

Démosle ahora la vuelta a la tortilla. La -a mi juicio al menos- gran velocidad de los patinetes pone en peligro a andariegos/peatones por aceras y sendas. Y me atrevería a afirmar que a ciclistas también por los caminos. La, incluso aún mayor velocidad y forma de escuadrilla en que circulan esos seres con aspecto de astronáutas sobre sus dos ruedas, es un claro peligro a los que van a dos piernas. Y no sé si ha ocurrido alguna vez, pero podría pasar: Colisión entre las tres partes en claro detrimento del que va andando que lleva o llevaría, a mi juicio, la peor parte frente al patinete y a la súper-bicicleta que, a su vez y en su momento, huyó del peligro de los automóviles…

Uff o en este país solemos invertir el sentido de las normas y/o sus principios inspiradores o me estoy haciendo un lío. Udes. deciden.

Anda, con esta tela ya se me había olvidado contar que de fantasmas los patinetes, nada de nada. Según me informaron fuentes de toda solvencia, pertenecen a una empresa que los alquila telemáticamente a través del móvil del usuario que le hace una especie de ‘bizum’ y obtiene así crédito de circulación. Muchas veces, cuando se le acaba, deja el patinete donde le pilla. Al parecer, sólo una vez a la semana un empleado de la propietaria de los vehículos, los recoge y ordena conforme se ve en la lustración. Nada que objetar, la empresa hace lo que se le permite.

 

Aniceto Valverde Conesa

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