LAS AVENTURAS DE ‘EL GALGO’ y ‘EL GATO’ (1)

EL  ‘PELAO DE TAZA’

A la barbería del tío Venancio lo habían llevado hacía muchos años, como unos siete u ocho pues ahora tenía quince. Fue una sola vez y nunca más volvieron a hacerlo porque le hizo un pelado como de niño de la inclusa…

La madre de Félix, luego llamado ‘el Gato’ por sus amigos de la panda, lo dejó cuando apenas era poco más que un crío pequeño, con cinco o seis años, en la barbería del tío Venancio, que sí que era en realidad un pariente lejano de su familia, quizá por parte de su madre, puede que el marido de la cuñada de la suegra de su hermana, es decir, de la tía de ‘el Gato’ de la que a su vez era el barbero tío político. Bueno pues éste, como es frecuente en los de su oficio, era un redomado charlatán que se sabía de memoria largas parrafadas de vendedor y las recitaba en las reuniones familiares, según le había contado a él, Félix, su primo el Andrés, y tal y como pudo comprobar en aquella primera y única vez en que el tío Venancio le tuvo por cliente. Sabía decir y solía hacerlo: «Perico Pedro Pelao, peluquero perfumista, pone pelucas por pocas pesetas». No obstante los recitados fue tal la indignación de la madre cuando le recogió que nunca más volvió a dejar que el tío Venancio le pelase. Y es en que en verdad que parecía un niño de asilo, le había hecho un pelado de esos que llaman a la taza, dejándole sólo pelo en lo alto de la cabeza y rapándole todo lo demás, que poniéndole un mandil hubiera estado para que se lo llevara al orfanato directamente. Pero qué iba a hacer el hombre contra las costumbres de la época en su oficio.

Aniceto Valverde Conesa

(N. del A.: Os iré ofreciendo estas historias poco a poco. Quizás pueda decirse que son como episodios de golfillos. Habrá un poco de todo. Espero que os gusten A la ilustración yo la llamo un  Icue santanderino ya diremos por qué.)