Las inscripciones funerarias suponen la mayor parte de la epigrafía que nos ha quedado de la época romana. Esa costumbre de establecer comunicación entre los vivos y los muertos a través de las inscripciones en piedra es bien conocida y de ella hay una nutrida muestra en el Museo Arqueológico ‘Enrique Escudero’, que se asienta sobre una necrópolis de aquella época.
EL ‘CAPIROTE’ RELLENO
En recuerdo de mi abuela paterna y
por una Semana Santa de enorme valor artístico
Mi abuela paterna, que era una excelente costurera, dejó de trabajar en las hilaturas «Carthago» de esta ciudad de tanta historia…
LAS LÁGRIMAS DEL SOLDADO
Para Inocencio Víctor que me ha traído a la memoria estos hechos.
El Peñón de Gibraltar y mis compañeros.
Estuve solo hasta que llegó el compañero del octavo reemplazo. De éste y del mío, el sexto del año, seleccionaban…
EL ECO DE LA SONRISA DE DIOS
Dedicado especialmente a Carlos Dosel, presidente de la Asociación de Escritores de Cartagena, por lo que sin duda ha debido ser una usurpación achacable a un robot malicioso de los que pululan por Internet el asunto se solucionará por la…
ARROZ CON LECHE
Una deliciosa costumbre de Semana Santa.
Mi abuela materna, que se llamaba Dolores, tenía un huerto y jardín preciosos. Y sabía muchas historias a veces truculentas como a aquella de “quien no estrena algo el Domingo de Ramos se…
EL POLÍTICO y EL CIENTÍFICO
En este apunte se intenta analizar el papel de la Filosofía en la gobernanza de los Estados. Se inicia con las tesis de Max Weber para acabar con las de Platón expresadas en su obra «La República»
Encontré unos viejos…
UN CABALLO LLAMADO PALABRA
Ésta es la historia de un jinete que galopaba sobre un caballo sabio.
El jinete anduvo galopando por las calles de la ciudad a esa hora incierta que se encuentra entre la vigilia y el sueño sobre su más brioso corcel durante más de…