Ella sabe que si no es capaz de representar en su mente el ejercicio a la perfección tampoco conseguirá llevarlo a la práctica, a la ejecución, a la realidad de la misma forma sin mácula. Tenía veinticinco años y llevaba casi la mitad de su vida entrenando en los complejos deportivos de cada vez mayor nivel de su país. El número o cantidad de competidoras se iba ampliando y, consiguientemente, estrechando o disminuyendo las posibilidades de alcanzar el objetivo. Todas con el mismo sueño de clasificarse para los Juegos Olímpicos. En el caso de su grupo para las pruebas de salto de trampolín de piscina, clavado o, en plural, saltos ornamentales. Ella le tenía una especial afección al llamado de ‘tirabuzón’.
NEVER MORE
Nunca más
Era el tiempo de la vendimia. Se hallaba en su despacho neoyorquino -entre demandas, denuncias y otros papeles- intentando encontrar una solución ecuánime a un litigio. Concentrado en la pantalla de su ordenador, retrepado…
LA BAJA: MISIÓN IMPOSIBLE
Con todo respeto para las personas que tienen que ganarse la vida así
“Ha llamado a atención al cliente –dice la voz automatizada del 902 (con cargo al usuario)- Si desea darse de alta pulse uno; si desea cambiar a facturación electrónica…