El hombre que huye
Esto era una vez un hombre que trabajaba en el circo, en el mejor circo de aquel país convulso como todos hoy día. Por su parte, el circo tenía el director más sabio del mundo y sabía asignar a cada artista en cada función el papel que mejor pudiera desempeñar sobre todo en función de su estado de ánimo y condiciones físicas. Era como el mejor seleccionador de fútbol.