LAS QUINIELAS-1: LOS TRES MOTIVOS
Había llegado el lunes y tenía que hacer de nuevo el paripé de todas las semanas como si fuera a coger el camino de la escuela en la que yo creo, con fundamento, que ya ni se acordaban de mí. Había dos diferencias que me facilitaban el escaqueo, así como un ‘motivo poderoso’ para no ir; algo mucho ‘más potente’ que el ‘haraganeo habitual’ que me invadía por aquel entonces.