IMBRICACIONES TEXTUALES por Mar Carrillo

Cuando te dejan un libro que lleva por título “Imbricaciones Textuales”, aunque seas un lector ávido, te pones a pensar que va a ir de juegos de palabras en su sentido formal y barroco, sin apenas concesiones a la semántica.

Nada más lejos la realidad en el contenido de este libro. Es más, es todo lo contrario —y no porque la autora, Mª del Mar Carrillo yerre a la hora de titularlo: ella sabe bien lo que hace— sino porque este lector suyo carece de la imaginación para interpretarlo en su justo y querido deseo. Son las palabras (y los hechos que ellas tiene presos) los que van tejiendo el argumento. No es su sonoridad, sino su significado con lo o los que Mª del Mar va tejiendo la historia, porque es una y sola o quizás sólo acompañada por nuestra soledad,

Ya resulta de una belleza y manipulación de las palabras y los hechos el texto con que se nos abre, se nos da comienzo al libro, ratificándonos en el errar inicial. Cito de memoria: Dos perros sale a pasear y comienzan una charla interminable. Cada uno siente una punzada en su sexo, Cada uno vuelve a su casa donde su dueño duerme ajeno al amor… Esa aventura es sólo es una simple: IMBRICACIÓN TEXTUAL

La  autora ha sabido utilizar un afilado bisturí y el hilo correspondiente para cortar y unir, aparte de fabular, una historia que se lee con la emociones y resulta enormemente bella…

Y así me encanta, por sí y porque se imbrica el nanorelato titulador “Amor” del que dice que es la única energía capaz de hacer bailar el Universo. Y uno que le interesan también las cuestiones científicas y técnicas, piensa en que efectivamente a mayor cantidad de amor multiplicado por el cuadrado de la velocidad de la luz, la energía podría llegar a ser infinita, al menos suficiente para poner al Universo entero al servicio de nuestra pasión.

Luego nos habla de su Postsoledad y otros neologismos. Se duplica en los mismos sentimientos de mujeres y hombres. Y, por supuesto, no se substrae a las  llamadas Modernidad o Posmodernidad.

Pero llega el momento en el que yo debo callar para que siga atrapándonos, imbricándonos, liándonos sabiamente, esa investigadora de la palabra y de su concepto que creo demuestra sobradamente ser, Mª del Mar Carrillo García.

 

Aniceto Valverde

 

 

 

 

 

 

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