(Y 6) VIAJE AL CENTRO DE INTERTET
La deshumanización
De momento la cuestión que como se ha expuesto… Bueno, en realidad la lucha por la recuperación del conocimiento comienza al final de estas líneas, de esta crónica. Pero, recuérdese que fueron escritas en el año 2008. La situación no sólo no ha mejorado, sino que, muy posiblemente, ha empeorado, La gente sigue afectada por el código del olvido lo que implica su deshumanación. En este camino vamos cada vez a más. No hace falta abundar en los comportamientos que nos delatan. Pero confiemos en que todo volverá a ser como antes del Único. Y recuperaremos la libertad.
Yo, ahora llamada Himilce, iré escribiendo en este cuaderno de bitácora escrito en la nueva lengua anglolatina todas cuantas incidencias ocurran durante la ‘travesía’. Nuetra cápsula internáutica está dotada de todo tipo de códigos ofensivo-defensivos. Creemos que serán suficientes para neutralizar cualquier ataque que podamos sufrir en nuestro viaje. Además contamos con productos sustitutivos del ejercicio físico o complementario de él, para que el Capitán Relámpago (que precede al Trueno) no pierda ni un ápice de su poder físico y aun psíquico. Son sustancias codificadas tales como el AICAR, que había sido probada, testada diríamos, en animales que corrieron hasta un 44% más de tiempo que aquellos que no recibieron el tratamiento. El segundo compuesto, llamado GW1516, tiene un impacto más espectacular en la resistencia física, pero sólo si se combina con ejercicio. Para que lo haga contamos en la nave con un extraordinario traje de buceo y espacial, con su escafandra de nuevos materiales inteligentes pero que conserva la forma de las antiquísimas que usaron los buzos del siglo XIX.
Pero esto anterior no es todo. Lo más importante es el mapa o guía trazada por nuestro expertos y que nosotros deberemos seguir en principio, salvo que las circunstancias allí dentro nos obliguen, previo contacto cifrado con la base para recibir nuevas instrucciones, a cambiar la derrota del navío internáutico.
Ya os he hablado de la oxitocina, la hormona que segregaban las madres al recibir en sus brazos a los recién nacidos, la que se segregaba después de hacer el amor, la hormona también de la simpatía y la sociabilidad. Ahora, incapaces de segregarla por nosotros mismos, tenemos que tomarla en baños de su código para mantener el amor en todas sus formas, el amor por nuestros semejantes que si ya se había perdido en gran medida, después de ataque del código maligno del olvido, sí que hemos dado por totalmente desaparecida de la faz de la Tierra. Además de llevar varios tanques repletos de ella en la cápsula internáutica o submarino “NEE Nautilus & Peral” para irla dispersando de nuevo e intentar desbloquear la situación, resulta que su código genético es el que nos ha dado la clave de la ruta a seguir. Resulta que ese código curiosamente se articula como las hiladas de las antiguas hormigas laboriosas en el interior del hormiguero. Todo el mundo sabe que ellas eran los animales más sociables de la Tierra. Y estudios de nuestros expertos económicos ya demostraron hace tiempo que la gente se movía por la Red siguiendo los mismos patrones sociales que las hormigas. De esta manera sabían aconsejar muy bien a las empresas y los particulares sobre cómo estructurar sus páginas web o cómo encontrar la información deseada nada más que siguiendo criterios de afinidad o equivalencia de intereses. En definitiva y al igual que en la vida misma, cada uno busca y se junta con gentes con las que comparte gustos y opiniones. Estudios de la Universidad de Barcelona hablaban de sociabilidad fractal, es decir, como ríos de afinidades y conocimientos. Reconstruyendo esos criterios, que están cifrados en la genética de la oxitocina, es cómo habremos de encontrar el camino hacia las fuentes del conocimiento insertas en Internet y ahora cegadas como consecuencia del ataque. Y a ello vamos con toda nuestra energía y sobre todo con la realidad y humanidad del Capitán Relámpago.
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Buena ‘mar’ y buena singladura.
Que el capitán sea real quiere decir que, como genuinamente humano, es libre, es libre aun para equivocarse. Pero es que era y es necesario alguien así para esta misión, con capacidad de discernir y tomar decisiones según lo vaya requiriendo la misión. Como Flash Gordon en las Cavernas de Mongo. Como el Capitán Trueno en sus aventuras para que imperase la justicia. Como tantos y tantos héroes que han llenado páginas de la literatura y, especialmente, de la ciencia ficción. Como tantos y tantos personajes y equipos que ha sobresalido en la Historia de la Ciencia y la Técnica y el Arte…
Cuando se repuso del proceso de inserción me dijo: “Me gustas más así que sólo con tu cerebro al desnudo, pequeña”. Ahora vamos navegando por las páginas de nuestra red interna. Debemos alcanzar el puerto de salida htt515, que es el que temporalmente se ha abierto para que podamos salir. Una vez fuera se cerrará por razones evidentes de seguridad y nosotros quedaremos a merced de lo que haya quedado ahí fuera tras el ataque a la memoria de los humanos y el paralelo bloqueo de los accesos a las fuentes del conocimiento. Deberemos sortear innumerables peligros: antivirus y virus destructivos, cortafuegos, sumideros de información en los que, como los agujeros negros de las galaxias, podríamos sucumbir. Habrá aventura para rato. De momento todo lo que puedo decir es que mi intuición me indica que al final de tantas posibles penalidades, podrá surgir el amor y un nuevo Renacimiento para la humanidad ahora injustamente sometida a la esclavitud del pensamiento único.
(Continuará en algún momento o debería decir que no ha parado y está siendo así)
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