2.- VIAJE AL CENTRO DE INTERNET

SINOPSIS: Control informático

Las potencias asiáticas se habían he- cho con el dominio mundial a través de un fortísimo desarrollo tecnológi- co. Destacaba especialmente la Ciencia Informática que gobernaba el su- ministro de la información y de la ali- mentación mundial a través de pode- rosos ordenadores. Los códigos de programación eran cada vez más complejos y secretos. La vida se había digitalizado por completo. Las pala- bras casi habían desaparecido siendo sustituidas por los iconos, los símbo- los gráficos y la sola imagen de los acontecimientos daba cuenta informativa de ellos. La atmósfera se ha tenido que cubrir con una bóveda de metacri-ato con ventiladores para proteger y purificar el aire en la Tierra. Un ataque que dominará a la Humanidad está a punto de desencadenarse.

En el año 2007 los científicos Mario R. Capecchi (EE UU), Martin J. Evans (Reino Unido) y Oliver Smithies (Es- tados Unidos) recibieron el Premio Nobel de Fisología o Medicina por las investiga- ciones y logros que habían alcanzado años antes y que permitían generar en laborato- rio ratones genéticamente modificados pe- ro en un solo gen a elegir. Un ratón ‘knoc- kout’ de ese gen, es decir, suprimiendo la función asignada a ese código, permitía ver cómo esto afectaba a su fisiología. La pérdi- da de alguno de esos genes estaba asociada a algunas enfermedades de tipo hereditario y otras muy graves por aquel entonces. Es- tos trabajos desarrollados también por nues- tro Instituto de Investigación en Ingeniería de Sistemas Humanos permitieron salvar muchas vidas. La mortalidad por cáncer, aquella terrible enfermedad, quedó descar- tada para siempre. Simplemente se aislaba el gen anómalo y era ‘reparado’ en el labo- ratorio. Si no funcionaba el tratamiento, la modificación natural, se empleaban técni- cas de nanotecnología implantando un mi- crochip que gobernara totalmente el com- portamiento del gen o lo sustituyera y su en- lace en la cadena genética, de manera que se impedíaeldesarrollodelaenfermedad. Otra variable posible era la utilización del cro- mosoma semiartificial derivado del modelo de Craig Venter, el ‘Micoplasma laborato- rium’, es decir, no ya sólo modificar el gen, sino la cadena macroestructural que contie-nen los genes dentro del núcleo celular.

La ciencia seguía avanzando de tal forma que las cosas reales se fueron codificando. Es decir, se fueron traduciendo al lenguaje de las máquinas. Los Institutos de Biotec- nología Vegetal y Animal, en colaboración con grupos de investigación de Sistemas In- formáticos, fueron secuenciando la produc- cióndelosalimentosnecesarios. Siunoque-dispositivos anejos a los ordenadores se lo proporcionaban. En realidad se conectaron a las máquinas expendedoras, como las an- tiguas del café en las oficinas, a los ordena- dores y ya no hubo que reponer más los pro- ductos puesto que éstos mismos eran pro- ducidos por el sistema de codificación/des- codificación, inmaterialidad o virtuali- dad/materializaciónyconsustanciación. Era como cumplir el sueño de Lewis Carrol: Ali- cia podía entrar y salir del espejo sin proble- ma alguno. Ya no había que crearse un per- sonaje o ‘avatar’ como en el antiguo juego ‘Second Life’, sino que uno mismo podía ser o no ser a uno u otro lado de la realidad, aca- bando con el famoso dilema hamletiano. Se diseñaba una vaca virtual y ésta se materiali- zaba en carne y leche real apta para el con- sumo puesto que se había partido de la des- composición de su código genético, compi-

De la misma forma, al principio, conse- guimos una ratio de diez litros de agua por megabyte. Paradójicamente, a mayor capa- cidad de transporte, se llegó a desplazar una tonelada por gigabyte, menos agua real exis- tía y se requería una mayor tasa de transfe- rencia de la sustancia codificada. Llegamos a alcanzar velocidades de miles de gigas por milisegundo. Y aún así era inevitable que los piratas, con programas similares al fa- moso ‘Emule’ pero mucho más avanzados, interfirieran los procesos de trasvase y se apropiaran ilícitamente del llamado líqui- do elemento. Al final, cuando el agua desa- pareció propiamente de la faz de la Tierra, tuvimos que enviar por la Red los propios átomos del hidrógeno y el oxígeno para que cada cual, desaparecidos los antiguos gri- fos, se hiciera la mezcla él mismo conecta- do al puerto USB de su ordenador personal a través de un descodificador, oxigenador de la sangre y humidificador de los tejidos de la piel y los órganos internos. No hubo más remedio, en consecuencia,ue codificar las normas jurídicas incorpo- rando sus preceptos a este lenguaje maqui- nal. Incluso para que fueran comprensibles, pues las leyes del Único se fueron transfor- mando cada vez más en normas abstrusas, incomprensibles y secretas. Por ello había que piratear también los cuerpos legales pues se podía estar inmerso en una prohi- bición sin saberlo y ser arrestado por ello sin más trámite. Los filósofos y aun los propios juristas se preguntaban cada vez con más insistencia sobre la ética de todos estos avan- ces espectaculares que han conseguido, en- tre otras muchísimas cosas, que conserve- mos la vida. De una u otra forma o aparien- cia seguimos estando aquí todos los que ya convivíamos en aquel lejano año de 2007. Los cerebros de los mayores de entonces fue- ron sintetizados por el mismo proceso dedo por esferas del mismo material que la bó- veda celeste y andamos gracias a prótesis mecánicas y músculos artificiales a partir de los materiales inteligentes que ya diseñara nuestro Centro de Investigación del mismo nombre. Y así sucesivamente en la corpo- reidad. La verdad es que todo esto daba ple- no sentido al concepto de la autoorganiza- ción que había surgido mucho tiempo an- tes, en los primeros tiempos de la ciberné- tica, cuanndo los científicos ficos empezarona apli- car modelos matemáticos a las redes neu- ronales. De ahí que el lenguaje de las má- quinas se expresara en una sintaxis simbó- lica, matemática y anglolatín, como mani- festación de la unidad de los lenguajes de la técnica y del humanismo.

En breve os diré mi nombre y proseguiré esta crónica de un mundo desalmado, des- humanizado. Por ello, porque es así, los que quedamosdebemoscadadíatomarnuestro, como decimos, baño de oxitocina. Esta hor- mona, como ya se sabía de sobra en el siglo XXI, es la que generaban las parturientas cuando les daban a sus hijos recién nacidos. También era la que proporcionaba los vín- culos personales necesarios como para que la vida en sociedad fuera posible. Ahora hay que tomarla de forma artificial sumergién- dose en el acuario de oxitocina para desarro- llar afecto entre los que quedamos. Adelan- to ya que su mapa interior será la clave del viaje al centro de Internet.

 

(Continuará mañana)

 

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