AQUEL FATÍDICO AÑO DE 1898 (3)
El Molinete
No me preguntes cómo o porqué fue, pues lo ignoro. El caso es que Matías volvió una noche y, sin dar más explicación, dijo que nos marchábamos a la plaza de la Tronera, en El Molinete.
A mí la verdad es que me daba un poco de pena dejar la Isla donde siempre había vivido hasta que mi hermano mayor —que era la única familia que me quedaba y que combatió con Matías Cortés en Cuba— murió en esa guerra o, quizás mejor dicho, masacre. Cualquier cosa era mejor que el chamizo que teníamos debajo del puente de Santa Lucía; de todos modos me dio pena dejar ese barrio donde, durante las generaciones de mi familia de las que tuve alguna noticia, habían sido pescadores y vidrieros.
AAniceto Valverde
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