PERIODISMO LITERARIO

Cierto periodismo constituye un género literario. Uno cree, sin perjuicio de lo que se analiza en el texo, se remonta a todas las épocas: siempre ha habido el llamado folletín

En un tiempo en el que el periodismo parece estar pasando por una crisis de confianza, el denominado periodismo literario adquiere de nuevo protagonismo. Su vocación de romper con la estructura básica, en demasiadas ocasiones estricta, del periodismo puramente informativo, más impersonal, monótono y aburrido, aporta un plus atractivo para muchos lectores.

El periodismo literario apuesta por historias reales, pero entra en profundidad en los detalles, en la mezcla de estilos, para producir placer por la lectura en sí, no solo por la información que se recibe. El interés del público por este tipo de periodismo aumenta, y se percibe una demanda de profesionales que combinen las habilidades literarias con las periodísticas.

En este sentido, cabe mencionar el éxito que lleva acumulado el Máster de Periodismo El Mundo, dirigido a graduados y licenciados de cualquier especialidad, un máster que es un título propio de la Universidad CEU San Pablo. Con este Máster, en el que se trabaja machaconamente la redacción periodística en todas sus vertientes, el alumno saldrá plenamente capacitado para ejercer las funciones que este oficio.

En qué consiste el periodismo literario

Hay muchas teorías sobre el concepto de periodismo literario. Para algunos, es un modelo que nació en los Estados Unidos en los años 60, con Tom Wolfe como principal adalid. El autor de La Hoguera de las Vanidades decidió que ya era hora de dar un giro al periodismo tradicional de la época, un periodismo de textos superficiales, demasiado breves y escuetos. Apostó por ofrecer crónicas más extensas, llenas de detalles, con personajes auténticos en un entorno de ficción y desde un punto de vista claro del propio redactor, como si los hechos descritos hubieran sido vividos en primera persona.

Desde aquellos días, este concepto revolucionario en la manera de contar la actualidad ha tomado su propio camino, adaptándose a los tiempos, formatos y medios, sobre todo en las últimas dos décadas con la aparición del entorno online. Es ahora, más que nunca, cuando el público cansado de una constante invasión informativa, quiere que le cuenten historias con alma, con protagonistas de carne y hueso, dejando atrás el periodismo tradicional.

Adiós al viejo periodismo

Este nuevo periodismo viene a romper definitivamente con los viejos métodos de escritura, con el sistema clásico, estricto, encorsetado del periodismo marcado por las tradicionales 5 W,s; What, Who, When, Where, Why y, en algunos casos, además, el How. Con el periodismo literario no basta con referir la noticia tal y como ocurrió, se entra al detalle, se cuenta la historia de lo que sucedió, se analiza desde varios puntos de vista…

En definitiva, para enmarcar un reportaje en la denominación de periodismo literario se deben cumplir algunos requisitos:

Comenzar desde lo particular para acabar en lo general

Como contador de historias, hay que saber atrapar la atención del lector, conseguir que se sienta identificado con los personajes y dejar abierto el grifo de las emociones. Para lograr este efecto, las historias deben personalizarse, presentar y dar a conocer a los protagonistas. No basta con datos y cifras de un hecho, habrá que añadir la experiencia personal de alguno de los que lo vivieron o padecieron, y apuntar la situación sobre la que se informa para ir ofreciendo después la envergadura de toda la historia

La voz la toman los protagonistas

Hay que dejar que hablen los protagonistas, que den su versión personal, sus razones, causas, motivos, efecto, en definitiva, sus experiencias y conocimiento. En este sentido, no hay que temer que el periodista desaparezca y la voz del entrevistado ocupe toda la historia, siendo capaz de trasladar sus pensamientos fríos y sinceros, con toda la realidad que sea capaz de transmitir.

El narrador como parte de la función

El trabajo del responsable, del periodista narrador, deberá quedar relegado a la recopilación de la información y a la presentación de los actores. El trabajo clásico de periodismo quedará supeditado a una mera presencia de los hechos, a una interrelación explícita con las personas que están incluidas en el relato para profundizar aún más en lo que se pretende trasladar.

Detalle descriptivo

De vital importancia es saber captar y contar los detalles de la historia. Serán los que marquen con más claridad las diferencias con un estilo periodístico clásico. No importa lo insignificantes que puedan parecer, ya que el objetivo es crear ambiente y textura, que intensifiquen la realidad del artículo.

Unión de realidad y ficción

En ocasiones, un artículo de este tipo llega a convertirse en novela, como es el caso de la genial obra de Truman Capote A Sangre Fríadonde se  mezclan con habilidad los hechos, relatándolos en formato de ficción. Sin embargo, en ningún caso se deberán alterar datos fundamentales que formen parte de la realidad.

Mezcla de estilos literarios

Por último, el escritor de estos artículos no debe temer a la mezcla de estilos, diálogos, descripciones, recursos literarios, monólogos, fusionándolos con habilidad para encajar una historia desde sus más diversas perspectivas y géneros. El valor estético debe complementar audazmente el puramente informativo.

 

FUENTE: ESCUELA DE UNIDAD EDITORIAL

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *