,

LA DISTANCIA DE UN MINUTO

¿Caben dos metros en un minuto?

Raimundo Amador tiene recopilados en un álbum que se titula “A mi manera” no sólo canciones suyas, algunas del género que ha venido a denominarse flamenco-rock, sino de otros muchos conocidos artistas. La colección contiene tres volúmenes, y todo es bueno, a mi juicio, Imaginaos la delicia de tiempo que podéis pasar escuchándolo entero, de cabo a rabo.

A mí me gusta todo el conjunto, como digo, pero hay una canción, la que precisamente abre el álbum, de Antonio Carmona que me encanta. Se titula “A un minuto de ti”. La letra viene a decir, y cito de memoria de tantas veces que la he escuchado:  te he echado de menos, que a un minuto de ti te seguiré, detrás de ti, siempre…

Me trae muchos recuerdos de mi amor por ti, que ahora se ve alejado en al menos dos metros. Pero ¿cabe esa distancia en un minuto? No, la verdad es que estamos más cerca que nunca a pesar de las medidas de prevención derivadas de la pandemia. «Guarde la distancia de seguridad de dos metros» (A dos metros de ti). O ésta nos ha acercado más en curiosa y posible paradoja puesto que en dos zancadas te podría alcanzar, podría eliminar esos dos metros que me separan de ti, si tú quisieras, si te estuvieras quieta y dejaras tu juego de seducción.

Lo cierto es que me recuerda nuestros principios, cuando yo bebía los vientos por ti (bueno, ahora lo sigo haciendo sin cesar ni un minuto, a un minuto de ti), cuando trataba en principio en vano de que me dejaras amarte, mujer esquiva, que siempre estarás a un minuto de mí. Me tengo que acostumbrar a pelear siempre por ti, a merecerte. Te quiero, escúchame por favor.

En todo momento intentas despertar mi ansiedad, mi pasión o, más bien, para dejar claro y patente el favor que me hiciste en el momento en que me aceptaste como amante, como compañero. Y yo cuánto y cómo amo el riesgo, los retos y te seguiré siempre allá donde vayas con o sin COVID-19, deje atrás ese minuto de separación entre tú y yo, sea o no de dos metros.

Pero, mi amor, mujer esquiva, ¿podrías pararte, si quiera fuera un instante, en esos dos metros para que, en menos de un minuto, pudiera alcanzarte, cogerte de la mano y aun con las mascarillas casi tapando nuestros rostros, recorrer de nuevo la ciudad como en el mundo de ayer, antes del virus?

Como decía o cantaban los poemas de Mario Benedetti: “Eres mi amor, mi cómplice y todo. Y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.” Pero para eso debes pararte en ese minuto que ahora es breve instante y menos distancia de mí, puesto que, viéndolo a la inversa, sólo puedes estar como mucho a dos metros de mí.

 

Aniceto Valverde

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *